lunes, 1 de marzo de 2010

LAS CINCO PERSONAS QUE CONOCES EN EL CIELO

Reflexión: El autor del libro en el que está basada la película eligió el número cinco para numerar las personas que te ayudarán a entender tu vida una vez ésta haya terminado. Tal vez cinco sea un número arbitrario, tal vez sea una regla nemotécnica: cinco son los dedos de una mano amiga cuando se extiende a ti. No importa si son cinco o no, lo cierto es que me parece muy profundo que para entenderse a sí mismo el ser humano necesite de otros.

La ciencia ha descubierto que en el universo todo está correlacionado y sus habitantes no son una excepción a esta regla. Todo afecta a todo. Cada vida afecta a todas las vidas con las que entra en contacto y esas vidas afectan a otras de modo que un poco de amor hace mucho bien a personas que ni uno llegará a conocer.

Nuestro protagonista, después de una vida que él considera vacía de sentido, se encuentra en el cielo a cinco personas que le ayudan a entenderla. Pero lo más importante: una multitud que, de un modo u otro, él benefició con su existencia, esa es una de las partes más emocionantes del film y creo que debería llevarnos a reflexionar a todos en ello: ¿cuántas vidas podemos “tocar” con nuestro amor?

Pero vayamos a las cinco personas de nuestro protagonista:
1. Un hombre azul. Alguien que murió por él sin que él lo supiese nunca. La reflexión es que muchas vidas han sido necesarias para que hoy la nuestra sea posible.
2. Un capitán del ejército. Una persona que dio su vida por sus soldados en Vietnam. Y su capitán le enseña algo impagable: “El sacrificio es cuando piensas que pierdes algo pero en realidad se lo estás pasando a otro”.
3. Una camarera. Alguien en quién nuestro protagonista no reparó pero que le enseña a perdonar a su padre y así liberarse de su propio rencor hacia un padre poco comprensivo. Y le muestra esta gran verdad: “El odio es un veneno que te envenena”.
4. Su mujer. El gran amor de su vida le enseña que todo tiene una razón. Y le enseña que el amor nunca muere. “Ahora sé por qué pasó todo”, reconoce nuestro protagonista.
5. Una niña vietnamita. Una víctima inocente del fusil del protagonista. Precisamente la mano que tiró de él cuando murió para que pudiera alcanzar el cielo. Eso es una gran lección de perdón y amor incondicional.

Semillas de consciencia:
• Experimentar la paz que supone contemplar la muerte como un renacer.
• “El final de su vida fue solo el principio”. Una cura.
• Las vidas de las personas con las que nos cruzamos forman un tapiz en el que cada uno es una hebra.
• Tus amigos y tus enemigos te ayudarán a entender tu vida si miras más allá de lo que te parece que está ocurriendo.
• ¿A quién no has perdonado aún?
• ¿Qué cinco personas te aguardarán en tu cielo para ayudarte a entender tu vida?