miércoles, 26 de enero de 2011

La Pasión de Cristo

La Pasión de Cristo es una película del año 2004, dirigida por Mel Gibson, que relata la pasión y muerte de Jesucristo.

Recrea los agónicos y redentores eventos que tuvieron lugar durante las últimas doce horas en la vida de Jesús de Nazaret desde el momento en que acude al Huerto de los Olivos (Getsemaní) con los apóstoles a orar tras la Última Cena.

La película tiene una peculiaridad, y es que se rodó en latín, hebreo y arameo (las mismas lenguas que se hablaban en tiempos de Jesucristo) con subtítulos.

Fue nominada a tres Oscars de la Academia: mejor maquillaje, mejor banda sonora y mejor fotografía. Ganó 17 premios de cine y fue nominado a otros 13.

SINOPSIS

- La oración y Agonía en el Huerto de los Olivos. (Lc 22, 39-46).

“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra” (Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44).

- La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo. (Jn 18, 33, 19;1).

(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle”.

- La Coronación de Espinas. (Mt 27, 29-30).

Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.”

- Jesús carga con la cruz a cuestas camino al Calvario. (Mt, 27, 31; Jn 19, 17; Mc 15, 21).

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”

- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. (Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35).

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”


Finalmente, la película incluye la Resurrección de Jesucristo al tercer día de su Muerte. Además, contiene numerosos flash-backs dedicados fundamentalmente a diversas predicaciones de Jesús. No hay que olvidar igualmente la presencia de María, madre de Cristo, que acompaña a su hijo en sus últimas horas compartiendo el dolor.

Judas Iscariote fue el apóstol que le entregó a cambio de treinta monedas de plata. Del resto de apóstoles, tan sólo Juan, el discípulo amado de Jesús, permaneció al pie de la Cruz junto a las santas mujeres.

Contrariamente a lo que señala la impresionante maquinaria publicitaria que presenta La Pasión de Mel Gibson como una réplica fiel a los evangelios, la película es en realidad una simbiosis de sus peculiares creencias tridentinas personales y los escritos de la monja y vidente alemana del siglo XVIII, Ana Catarina Emmerick, quien tenía visiones y éxtasis desde su infancia en las que se asegura que se le aparecía Cristo frecuentemente para conversar con ella.

Luego de quedar confinada a su cama en estado permanente de invalidez, se añade que la monja Emmerick comenzó a presentar estigmas: misteriosas huellas sangrantes como de una corona de espinas aparecían en su cabeza, marcas de cruces se le imprimían en el pecho, e incluso, los signos sangrantes de los clavos atravesándole las palmas de las manos. La mitología sobre Ana Catarina de Emmerick establece, asimismo, que desde 1813 en adelante se alimentó exclusivamente de la hostia y no probó ningún otro alimento.

La estructura de los evangelios sinópticos y partes selectas de San Juan sólo sirven de introducción y montaje.

PARA SABER MÁS